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TODA, TÚ.
Tu cuerpo es un vendaval
que mueve pasiones encendidas,
un fuego que azota
y que cura grandes heridas.
Tus ojos son flores
que anuncian la vida,
pétalos que abren
ilusiones ya perdidas.
Tus pechos son frutas
que se mecen dormidas
y que nos desatan
las tentaciones prohibidas.
Tú, eres el brío,
el agua, la fuerza que mueve
y el aire mezclado en tu boca,
atrapa, confunde y provoca.
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