201) CAVILANDO.
Entre
brumas e incertidumbres,
empujados
por una fuerza
oculta,
invisible, que vuela,
que
arrastra y nos lleva.
Angustiados
en la profundidad
de
las sombras que desbordan,
solos
y huérfanos de esperanzas
y
sumidos en un mar de tinieblas.
Arrastrados
por un torbellino
frío
que esculpe en el aire
la
desesperanza, el vacío
y
el miedo a lo desconocido.
Ausentes
de la realidad,
queriendo
salir de las mentes
y
penetrar en las esferas
de
otras nuevas sensaciones.
Llenos
de silencios, dudas,
de
ojos cansados, cautivos
del
deseo, de lo incierto
y
sumidos en el eterno olvido.
Respirando
aromas de espinas
del
embrujo que llena
y
que no nos deja sentir
la
dulzura y los sentimientos.
Impotentes
ante el desafío
de
la pasión rebelde
y del
grito desgarrado
en
la claridad del día.
Gritando
en rabia descarnada
ante
un incierto destino,
que
no deja caminar
a
las pasiones ni los sentidos.
Sintiendo
nubes grises, en desvarío
que
rompen los muros
y
que son expresiones del alma,
amores
eternos pero cautivos.
Necesitando
sentir vibraciones,
palpar
todas las imágenes
de los colores que atraen
y
la niebla que atrapa.
Deseando
beber del manantial
salvaje
de las olas
y de
fundir los cuerpos
en
el frescor de la primavera.
Cavilando,
en un universo incierto,
y una
fuerza que nos seduce
como
un laberinto de rosas
frescas
y empapadas de rocío.
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