248) ANDANDO.
Caminando entre extrañas calles
al encuentro de la calma, el sosiego
y disfrutando la paz
del amanecer
a primeras horas de la
mañana.
Se siente quietud y se
entra
en un campo de reflexiones,
que te conduce
suavemente
a lo profundo de tu interior.
Te balanceas como un
barco
perdido en el mar y sin velas,
en dulces melodías y
acariciado
por la brisa de los buenos días.
Asaetado en murmullos
de voces
y un clamor de ruidos sordos
que encienden las sombras
y te mecen los sentidos.
Adentrándote en irrealidades
ajenas
que te sacuden como un vendaval
desviándote los pasos, no deseando
llegar nunca y repetir el camino andado.
llegar nunca y repetir el camino andado.
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