98) EN SILENCIO VIENEN.
Por la calle de enfrente
de profundidades llegan,
rezando y llorando al
compás
de una Saeta
desgarradora.
Hasta el parque se impregna
de un aire de triste
melancolía,
esa gran historia de
pasión
llena de sangre y
vida.
Flores, quiero sentir
la fe,
encontrarme siempre vivo
y desgarrarme de la
inútil muerte
que nos descabalga y atenaza.
Necesito llorar solo
y cobijado
en las acacias
blancas
y manojos de amapolas
entre frescas violetas.
Quiero dormir la noche
profunda
en llamaradas sin
sombras,
y lleno de besos infinitos
entre aromas celestiales.
Necesito llenarme de
eternidad
y anegarme del agua de la vida,
no deseo ser simple arcilla
tan solo espero ser eterno.
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