215) EL JUEGO.
Querer más puede ser lógico
pero también algo tremendo,
si es
la puerta que nos conduce
y
nos adentra en infaustos juegos.
El
juego de los poderosos
que nos
exige entrega, sometimiento,
es un vicio que nos devora, humilla
y
nos convierte solo en objetos.
Un
juego que nos atrapa, anula
y
en el que si llegamos a entrar
nos
dará fama, también poderes,
o
simplemente algo más de dinero.
Si
entras en ese gran templo,
el
palacio maldito del juego,
entregarás
tu cuerpo, tu tiempo
y
hasta todos los pensamientos.
Que
se levante el mensajero
que
nos guíe, que nos libere
de
estas grandes miserias
y de tantos padecimientos.
Que
se levante el verdadero Profeta
que
nos ayude a cambiar
la
realidad donde caemos,
con
la maldita argolla sujeta al cuello.
Callamos
y nos humillamos,
sin
atrevernos siquiera a protestar,
simplemente
caemos de rodillas
entregándonos
como corderos.
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