220) VEO EL ESPEJO.
Me miro ante el
espejo,
lo
escudriño y sondeo,
veo en él, los destellos del pelo
y las nieves del tiempo.
Vemos
vertiginosas telarañas
que nos
acechan en el cristal,
sin llegar
a darnos cuenta
que es
nuestro propio reflejo.
Sin voz en
la boca, sin luces,
y la mente sin
cuerpo, se ve
unos grandes ojos y muy firmes
como estrellas que alumbran.
Veo una
luna y me sorprendo,
siento como
un firmamento
en el tiempo
que nos acecha,
con sus luces y
sus sombras.
Gaviotas
negras y pasajeras
lejos del
mar ¿Algún mal presagio?
No deseamos
mañanas inciertas,
estamos ya cansados de sufrir.
Nos gustan las miradas que aman,
que sienten,
traslucen, emergen
y se
encuentran sosteniendo
todas las corrientes del amor.
Veo en el
silencio de mis manos,
como caen
las hojas del otoño
de tu
cabello cual bandera al viento
y tu alma
llena de una cálida brisa.
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