222) MEDITACIÓN.
En noches muy frías
rugen las olas en el
océano
y no brillan las estrellas,
la tierra
está como vacía.
Todo es
oscuridad
y silencio en
el firmamento,
apagado está el
mundo
mostrando su
negra faz.
La
oscuridad invita
a meditar
en soledades,
a unos
dolientes ojos
escondidos
en el corazón.
En dormidos
pensamientos
y confusos
ruidos,
las
pasiones nos crecen
como un muy fruto
amargo.
Almas
encadenadas
a todas las promesas ya rotas,
son como esperanzas muertas
dentro de un futuro
sin piedad.
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