291) NUESTRA UNIÓN.
Nuestras almas se
juntan
sólidamente como el
hierro
y como ríos de fuego
corren
dejando pasar los miedos.
Nuestros poemas son riachuelos
que quieren besar la mar,
algunos lo hacen y
pueden,
pero otros tardan en
llegar.
Desde lo más hondo del
pozo,
contigo y en ti,
sintiendo
esos eternos momentos de
pasión
llenos de sublimes
encuentros.
En los brazos del destino
y en noches de luces llenas,
las ausencias nos hiere el
alma
en nuestro andar pasajero.
Las manos despacio se
mueven
y atraviesan el aire
invisible,
en unos vuelos silenciosos
como alas que cruzan el
viento.
En medio de relojes sin
horas
y ecos silenciosos de
palabras,
la presencia de buenos rostros
todo nos lo cubre y tapa.
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